Sonríes como un gato siamés,
como si todos te debiéramos algo;
Tus puños nos imponen poder
y si desobedecemos usará el látigo.
Cambias una máscara por otra,
pero tenemos grabado a fuego tu discurso
¿Acaso sabes cuánto de odian?
Yo quisiera quemarte. Te odio y mucho.
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