De repente, notas algo tras tu nuca,
no te mueves, sientes sus afilados dedos,
nena, lo sabías, era ahora o nunca,
sí, a todos nos tocará echarte de menos.
Sientes el terciopelo negro en tu mejilla,
Tejido por arañas muertas,
Todo se nubla y ralentiza
cuando te colocan en los ojos dos monedas.
Su mano es fría y de marfil,
Viste arriba un destello.
Ella ha venido a por ti
Y va a llevarte muy lejos.
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