jueves, 12 de febrero de 2009

Ser Humano

Tu bebé está llorando justamente a tus espaldas,
chilla como un cerdo en el medio de la matanza,
está envuelto en llamas que le abrazan con fuerza
pero tú no ves nada, sólamente mueves la cabeza,
¿Qué harás cuando sólo sea huesos negros y ceniza?
Pronto tendrás que inventarte algo porque la policía
vendrá y, si os entendéis, querrán saber lo que pasa.
No creo que lo salven, porque ellos no oyen casi nada.

La gente en la calle tiene los ojos clavados en el suelo,
¿Estamos condenados al Cielo? Porque de éste Infierno
no hemos hecho un lugar bueno ¿De verdad lo merecemos?
Nos arrastramos con vergüenza, lo estamos perdiendo.
La humanidad entera nota los achaques de ése peso,
Altas notando cómo le crujen en las rodillas los huesos.

Y está sucediendo, sangre dulce como la primera respiración,
cuando han estado a punto de ahogarte. No hay nada mejor.
Sin un pobre fuego fatuo prometido, sin un signo de vida en la Muerte.
En los días buenos puedes hacer un gesto, un guiño e incluso quererte,
pero todo está seco, como tus ojos insesibles y tus oídos sordos,
la máquina no funciona y en tus ojos está posado el dos de oro.

Tras todo esto la calma y la plenitud vienen a visitarnos durante estas noches
como el Ángel Exterminador; te dejará tranquilo si hay manchas de sangre
en tus manos, en tu vida, en tu hogar... Pasará de largo, te dejará de lado,
como la bestia hecha de fuego, vigas, escombros y demás clavos oxidados,
la criatura que ha acabado con todo, esa parte de nosotros que no añoramos.
Eso a lo que todos, egoístas, sordos y ciegos llamamos el "Ser Humano"