sábado, 10 de septiembre de 2011

Pensaba que sabía lo que querías

La última vez lo supe, supe que no nos veríamos nunca más
y dolió cambiar otra vez de corazón, abandonar el antiguo,
encerrarlo en una campana de cristal para mirarlo todos los días
y superar todo el resquemor que había en mis venas podridas,
para resurgir a una nueva vida en la que tú no existieras como tal.
No me desprecies si no oyes los latidos que amortiguo,
cada pálpito está sonando como martillos y vigas torcidas,
aunque parezca entera, creo que al verme de verdad te asustarías.

Una vez estuve tumbada junto a ti en tu cama
y dijiste que te encantaban mis ojos oscuros y enormes,
yo sonreí queriendo que se repitiera ese momento,
acariciándome la cintura, como algo sagrado.
No sabía que tú no eras de esos hombres que aman,
pretendías ser agradable, que me sintiera menos torpe,
lo hiciste bien, me siento fuerte, de verdad lo siento,
esto es lo que tengo, esto es lo que me has dejado.

A veces pienso en ti, en tu sonrisa poco frecuente,
era como si estuviera haciendo algo prohibido,
me sentía tan única cuando podía contemplarla,
me sentía feliz de estar ahí y también de tenerte,
creía que podía cambiar tu mundo aburrido,
me costó convencerme de que no te necesitaba,
me había acostumbrado a mentirme y entenderte.

Y ahora que ya no hay nada malo que discutir
a veces hablamos y te recuerdo sólo como un amigo,
así parece menos duro, hasta se antoja un poco dulce,
sigues siendo ese chico interesante y agradable
que una vez me rescató y me hizo dejar de huir
de lo que yo creía que era, de ser tan cruel conmigo.
Parece que ya ha pasado un invierno desde entonces.
Casi podría decir que estoy curada de lo grave.

 No entiendo porqué me engañé tanto si lo decías claro,
ya he parado de contarme mentiras y palabras falsas,
creía que te conocía a ti, pero en realidad no sabía de mí,
no sabía que podías quererme sin amarme demasiado,
pensaba que lo que teníamos o éramos, era todo o nada,
me protegías y yo me obsesioné con que me querías herir.

Parece que hemos envejecido y apenas ha pasado el tiempo,
pero puedo mirarte sin estar enfadada, sin que haya rencor.
Si hoy soy así en parte te lo debo a ti, no has matado nada,
yo hablaba de los dos, tú hablabas de comodidad y autoconfianza.
Ahora que no tengo secretos que ocultar te echaré de menos,
no puedo odiarte, soy incapaz de hacerlo, yo hablaba de amor,
eras mi pilar básico, la persona en la que me refugiaba
¿Por qué lo interpreté tan mal? Estaba ciega, dejaste las cosas claras.

La última vez lo supe, supe que no nos veríamos así nunca más
y ahora puedo mirarte a los ojos y apreciarte tal y como eres,
creía que sabía lo que necesitabas y lo que querías en tu vida.
Te miro con nostalgia dulce, sonriendo con nuestros recuerdos.
Casi te obligaba a quererme como yo a ti. Cuando miro atrás
pienso que no fui justa en ese sentido ¿No crees, nene?
Encontraste a esta pequeña, caótica e inestable bala perdida
y la encauzaste, le mostraste un mundo totalmente nuevo.


Sólo hablamos a veces, quizás no queremos pasar esa línea
y repetir errores del pasado, no sé si será eso otra vez,
pero quiero que la vida te trate tal y como te mereces,
que encuentres a alguien que te enamore, que lo consiga.
Siempre me pregunto si echarás de menos todos esos días,
si añorarás la forma buena y sincera con la que te traté,
si apareceré en tus sueños o si también te enterneces
cuando escuchas nuestras canciones y de fondo mi sonrisa,
haciendo las bromas de siempre con las letras y melodías.

[Ahora te quiero de la forma más pura,
ahora lo hago sin que haya tormentas,
lo hago más allá de la luz y de la negrura.
Lo hago con claridad y lo hago a tientas].

miércoles, 31 de agosto de 2011

Por favor, no digas que vas a olvidarme,
yo te he grabado a fuego en mis fibras,
me has quitado la sangre cambiándola
por ese veneno tuyo tan fuerte e infame
y ahora paso cada noche y cada día
intentando depurarla, sustituyéndola.

¿Quién si no hará bombear mi corazón?
Nadie como tú sabe darme estos dolores
y este sufrimiento que me vuelve loca.
Estoy intentando llamar tu atención,
así que lo sabes, no quiero más rencores,
de esos que tan bien lanzas por tu boca.

Me siento rota en cualquier parte de mi vida,
siempre me falta algo, siempre esa melancolía
que me ha dominado desde el día que nací,
nací incompleta y nada en este mundo encaja,
ni los momentos felices, tampoco las sonrisas,
sólo los viajes largos de carretera y de vías,
todos esos caminos que me llevan a ti,
esos pensamientos que me alejan de mi caja.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Despedida

Nene, hoy me he despertado sintiéndome distinta
quizás sólo sea que por fin puedo ver la luz del sol,
que se me ha caído la venda que me estaba cegando.
Me duelen los ojos, los rayos me queman la vista,
pero eso no quiere decir que vaya a ir a mejor,
esto es el final, es sufrir porque me estoy alejando.

Te dije que un día me desvanecería y perdería la fe
en todo aquello que había intentado crear
y te dije también que me destrozaría la vida,
pero tú no podías verlo, sonreías del modo aquel
que siempre lograba hacerme recular
y darte una oportunidad que sería la definitiva.

Tengo mi existencia antes de ti guardada en un bolsillo,
me he tomado mi tiempo en encontrar mi antiguo corazón,
le he hecho una cruz con una aguja hasta que ha sangrado,
para que jamás olvide todo lo que hemos vivido,
él y yo, ignorando la sensatez, omintiendo la razón,
olvidando todos esos pequeños detalles que eran sagrados.

He esperado demasiado, pero yo ya me he chocado,
eres una enfermedad que me consume por dentro,
tú no lo sabes, tú nunca has querido escuchar,
porque parece que siempre has tenido ese liderato
para poder decidir hasta qué nivel siento o no siento,
aunque nunca vayas a saber lo que significa amar.

Así que cariño, me he estrellado contra tu suelo
y te aseguro que ahora asumo todas las consecuencias
de saber que estaba al borde de un acantilado,
cuando intentaba meterme en tu vida y tus sueños,
cuando la regla número uno era la paciencia.
Todo eso ha terminado, hace días que me he lanzado.

{Hace días que estoy llorando}.

viernes, 29 de abril de 2011

Escapada

¿Empiezas a sentire como el número cero?
Casi olvidado, perfecto, pero totalmente vacío,
nunca te miró muy bien la gente de éste pueblo,
te han echado a patadas y te echarían a tiros.

Estoy saliendo a caminar fuera de casa
y las luces no han cambiado en absoluto,
la gente sigue teniendo las mismas caras,
sus cuerpos siguen estando igual de crudos.

Y yo sólo tuve miedo y más miedo,
sus mentes muertas decían qué hacer.
Os estrello como hielo contra el suelo,
estrello contra el cielo y contra la pared.

Quiero irme muy lejos, tan lejos
que mentir sea casi un placer.
Vagar hacia la nada kilómetros,
hasta que me sangren los pies.

Todos esos pensamientos serán talados,
cuando sólo necesitas lluvia sobre un cristal.
Yo, con mis ojos de billar sobre las manos
tengo el valor suficiente como para mirar.

Siameses

¿Vas a tardar mucho? ¿Estás listo?
Figura y sombra que se separan ahora,
por primera vez en dieciocho años.
Dijeron que el corte fue muy limpio,
ambos sabemos coser de todas formas.
A mí empieza a llegarme el daño.

Mis consejos, nuestras noches despiertos,
espero que vayan a merecer la pena;
Para nosotros no existe el fracaso insano.
Por fin se realizan todos nuestros sueños,
parece que se va a terminar la espera,
las ilusiones que tanto se han demorado.

Nos despediremos en un par de semanas,
volveremos a hacerlo durante el verano.
Aunque se me vaya a romper el corazón
te vería cada vez que te hiciera o no falta.
Mi sombra y tú anduvisteis de la mano,
te vas tú solo hacia un futuro mucho mejor.

martes, 15 de marzo de 2011

14- marzo- 2011

Tus manos arden como si fuera la primera vez
que las mojas en gasolina y enciendes una cerilla.
El fuego te está quemando hasta los mismos huesos
y sólo sabes que vas a tener que empezar a correr
si quieres olvidar de dónde ha venido esa semilla
que empieza a hacer que quieras estar muy lejos.

Cuando la gente cotillea y se maravilla
y empieza a darse codazos y a levantar la cabeza,
vas a girarte y a hacerles un mal gesto
va a ser el mejor de los gestos de despedida,
parecerá como si fueras a salir hasta en la prensa,
como si jamás nadie lo hubiera hecho.

Derribarán tu puerta e intentarán retenerte,
les explicas que vas a estar temporalmente bien
¿Por qué han decidido retirarte de un pedestal
en el que nunca habías llegado a ponerte?
Te encojes de hombros y dices "No me dejes caer".
Me pregunto qué se supone que has hecho mal.

Y esa compañía que siempre te observa y te vigila,
tendrá una manta y un sitio para ti esta noche,
tampoco puedes confiar mucho en las personas.
Las cosas inútiles se entierran y se olvidan
no se vive con ellas intentando otro enfoque,
dejando que se abran paso hasta que ahogan.

Al menos si te marchas entre tanto éxito
habrá gente que empiece a pensar en ti,
a intentar recordar tus manías y costumbres.
Empezarán a sentir que te echan de menos,
en el mismo momento que quites el pie de aquí,
intentando despejar la duda que todo lo cubre.

Las flores

Algunas están volcadas muriendo,
otras tienen los cuerpos mutilados,
existen las que son una mentira.
Las oigo al fondo del hall gimiendo
o cuchicheando en medio del campo,
puedo ver como todas me miran.

Paso a su lado y bajo los párpados,
sonriendo de la manera más dulce,
sé que podéis percibir esas cosas.
Me quito el guante color grisáceo,
mis dedos y sus pétalos se funden,
he logrado quitar las babosas.

No habrá ningún manto blanco que os entierre,
vosotras que podéis curar y también envenenarlo todo
sois muy poderosas dentro de vuestra delicadeza.
Extirpadas, el tiempo es el único que os puede,
miráis al enfermo, al neonato y al muerto a los ojos,
un vistazo efímero lleno de aroma y belleza.