lunes, 29 de noviembre de 2010

Visita

Te encuentro por sorpresa al final del pasillo,
por un momento me duele hasta mirarte.
"Ya sabes cuál es el final, querida"
parece que tienes más edad con ese vestido,
sin embargo tus rizos están deslumbrantes.
Se nota que eran internas las heridas.

Me pregunto cuanto voy a tener que conocerte,
cuánto de mí tendré que dejar por el camino
para acercarme a consolar a tu extensa sombra orgullosa,
que finge no saber llorar, que finge no retorcerse.
Esá siendo duro no tener a un ser conocido,
que todos se hayan prendido unos a otros como celulosa.

Pero estoy aquí tantísimos años después,
esperando que tus acciones sean bondadosas,
esperando absorver algo de tu legado.
Intento ser melodramáica en mi interés,
porque no puedo poner flobres sobre tu losa
y sólo me queda expandirte con mis manos.

Invierno en casa

En mi cárcel semivacía la reina soy yo,
acariciando el papel con mis uñas de color cielo.
Hay un millón de sentimientos juntos entre las paredes,
risas crueles que a veces suenan mejor,
su frente es como de bebé, sus gestos poco fieros.
Ya nada puede amargarme, el mundo no me entristece.

La primera helada la veré desde la ventana de mi casa,
el humo de la chimenea subirá y todo olerá a leña.
La segunda helada la viviré estando en la calle
y mis dedos se deslizarán sobre el rocío de los coches,
hará tanto frío que el universo se reducirá a una manta,
en la que me enroscaré rodeada de algunas reservas,
desentumeciendo los músculos con masajes,
durante esas estación en la que a las seis ya es de noche.

martes, 16 de noviembre de 2010

Quiero

Quiero pasar hambre y también quiero pasar frío,
Estar totalmente perdida, pero completa.
Quiero tener que contar cada moneda del bolsillo,
Quiero tener mil cosas nuevas en la cabeza.

Quiero ser libre, desprenderme de mi misma,
Para así poder volver encontrarme.
Quiero un suelo que cruja y una casa vacía,
Quiero un millón de contrastes.

Quiero que haya ecos en cada uno mis pasos,
Quiero un temblor elegante,
Que suene como estos huesos huecos y flacos.
Quiero dejar de atragantarme.

Quiero merodear medio a oscuras de manera felina
Y mi nariz congelada como el hielo,
Rompiéndose una y otra vez en la puerta de la cocina.
Quiero y necesito echar de menos.

Quiero una mirada ansiosa por una especie de estabilidad,
Deseo unos ojos apáticos,
Que finjan siempre estar buscando un poco de normalidad
Aunque sea puro teatro.

Quiero hablar sola y contestarme desde mis adentros,
No hay voz que responda.
Quiero que el pasado sólo sea una pila de recuerdos.
Quisiera ser esa persona.