viernes, 31 de julio de 2009

El tratante, la sala de reuniones y el postoperatorio

[EL TRATANTE]

Llego...

Miro hacia todos los lados por si tú vienes,
pero parece que te estás tomando tu tiempo.
Hoy el sol es más cegador que nunca,
no logro por verte por ninguna parte.
Entonces, cuando estoy apunto de volverme,
apareces con tu sonrisa y tu traje perfecto;
¿Sonríes de verdad o es una burla?
Miras a un punto fijo sin inmutarte.

Saludas y me tiendes la mano sin nervios;
Creo que tu tacto puede hacerme hasta daño,
lo cuál te hace sonreír mucho más que antes.
Lo sé: Nunca he podido ser demasiado perfecta,
he seguido el protocolo, las reglas del juego,
así que me examinas bien y nos marchamos.
No hay nada salvo tus gestos impacientes;
No debería haberte ofrecido mi alma en venta.

"¿Me va a doler demasiado? Tú ya lo sentiste una vez..."
digo estrujando un papel como si retorciera un cuello;
También abandonaste tu alma como una prostituta,
pero no te hizo falta ponerte es una esquina,
sólo te enfundaste en tu mejor traje, dejándote ver.
El placer inconsciente de no tener escrúpulos fue bello
pero efímero, te hiere y hasta finges que te gusta,
aunque por dentro necesites litros de medicina.

Seguimos caminando ¿Acaso no te fijas hacia dónde vamos?
El mismo centro del infierno decorado con cierta gracia,
una sala de quirófano bien iluminada y sin olor a lejía;
¿Voy a convertirme en alguien como tú? ¿Te compensa esto?
Creí tenerlo aceptado, pero ahora que te veo lo tengo claro;
Saldría corriendo, pero entonces me llamarías egoísta,
un trato es un trato y mi virtud nunca ha sido la sabiduría;
Ya me tienes donde querías: sentada en un agujero negro.

[LA SALA DE REUNIONES]

Llegamos...

Éste cuarto extraño me asusta, no se asemeja a una cárcel,
tu mesa metálica parece robada de un hospital,
no me siento nada cómoda estando en ésta silla medio rota;
No quiero aceptar de ningún modo que me estoy arrepintiendo.
Bebes agua como si corrieras el peligro de deshidratarte,
tu figura es delgadísima bajo ésta luz artificial,
no eres Dios, eres alguien que quiere inducirme un coma
¿Es electroshock lo que hace que mis sienes estén ardiendo?
¡Estoy diciendo demasiado! ¡Lo sé, debo empezar a callarme!
Necesitamos un celador para que deje de hablar.

En tus ojos no logro hallar absolutamente nada,
salvo un remordimiento que me hunde y me consume
¡Ojalá pudieras ver la vida através de éstas cuencas
vacías que algún loco se atrevió a llamar ojos!
Probablemente te asustaría hasta volver a casa,
probablemente los dejarías ahí, sin que se curen
¡Pero eso apenas importa ya! ¡Nada de esto cuenta!
Aquí lo primordial es cuánto obtendrás de mis poros.

Me miro a un espejo con un marco de elefantes de bronce
¿Cambiará mi imagen? No me gusta esa mujer que se refleja,
mírala: me encantaría acabar con ella ¡Tan lánguida, tan débil...!
Creo que no la soporto, creo que por eso estoy aquí ahora mismo,
quiero que su piel recupere su antiguo color de tonos ocres,
añoro la forma que tenía de sonreír, añoro su rostro sin ojeras,
su forma de ser sin miedo al mundo, sin miedo a ser algo feliz.
Lo que era antes, el ser mejor volverá cuando salga de éste sitio.

Así que tras un rato decides mostrarte hasta amable,
incluso me tocas, aunque eso me haga sentir incómoda
¡Me echaría las manos a la cabeza si tuviera algo de valor!
Pero mi pose de estatua es muchísimo más correcta
o al menos eso es lo que me enseñó en su día mi madre,
a ser agradable aunque me saquen la vida por sonda,
a seguir las normas, a pesar de la soledad, a pesar del dolor...
Y mira a lo que he llegado: A poner mi alma en venta.

Pienso todas estas cosas mientras me dices que me tumbe,
creo que desde aquí puedes escuchar los latidos de mi corazón;
Nadie me necesita y nadie de mis conocidos sabe que estoy aquí,
si hay alguna clase de negligencia puedes enterrar mi cadáver,
ninguna persona va a echarme de menos, no te preocupes;
Yo vendo mi alma, otros juegan con drogas o consumen alcohol,
es simplemente otra manera difícilmente fácil de poder existir.
Si fracasas, por favor, no dejes que mi pulso se vuelva estable.

Y parece que tu expresión ha cambiado levemente por un instante
¿Es bondad lo que puede apreciarse en la juventud de tu rostro?
Me alegro ¡Parece que no voy a perder la humanidad al final!
Lavas cuidadosamente el material que vas a emplear para la operación,
en realidad no... Nada parece haber cambiado en tu semblante,
Debe haber sido alguna clase de molestia o exceso de luz del foco
Estoy tan nerviosa que no soy consciente de nada ¡Qué calamidad!
Ya empieza todo, lo noto, noto cómo voy olvidado casi toda sensación...


[EL POST OPERATORIO]

Se ha ido...

La anestesia se va de mí como una mano amiga en un mal momento;
Siento dolor o un recuerdo parecido de lo que solía ser el dolor
¿Cuánto musgo está dispuesto a acoger ésta maldita, maldita lápida?
Suspiro profundamente... Todo lo profundo que puedo aspirar a respirar.
Vienes sonriendo, no sabes hacer otra cosa ¿No? ¿Y ése espejo?
¡Apártate de mí antes de que decida agujererar tu cara como un globo!
Ah ya sé lo que pasa aquí, es tu burbuja llena de vida, de mi vida,
Me echas diciendo que tu casa no es una pensión o una cosa parecida.

Tus escaleras, esas escaleras de un cuadro cubista que me asustaban
ahora simplemente empiezan a no decirme nada, a no existir sin más
¡Vuelta a la sucia vida real, con sus malditos transeuntes de vida inútil!
Quisiera matarlos a todos, quisiera prenderles fuego como si fueran de papel.
¿Qué es esto? Dios ¿Quién se supone que es esa voz que habla y habla?
Soy yo, sin alma ¡Lo he conseguido, lo he conseguido sin echarme a atrás!
He salido viva de esta, he pasado esa delirante prueba en ése horrendo cubil
y la muerte, la muerte se representa como un estúpido chiste que está por hacer.

Llegaré a casa y voy a acabar muy despacio con todos mis conocidos,
ya no les necesito en mi nueva vida, no me aportan nada en éste plano
¿Cómo hacerlo? ¿La llave del gas? ¿Gasolina y unos fórforos? ¿La comida?
Oh, todo sería tan fácil si al morir desaparecieran, pero ¡Malditos cuerpos!
Podría plegar sobre sí a mis niños y podría envenenar a mi joven marido.
Abro la puerta ¿Qué ocurre? ¿Dónde están todos? ¿Qué es lo que ha pasado?


He tardado mucho en volver a casa, sí, me he demorado algunos años
Ahora quieren encerrarme por abandono... ¡Menuda locura es ésta!
Yo sólo quiero tumbarme en el suelo y sentirlo tan hermoso y frío,
ah, es el silencio, el hermoso eco dentro de las paredes de mi vacío pecho...
Estoy más delgada y ojerosa, veo mis costillas, todo ha sido un engaño.
Mi esencia en algún sitio, perdida como en manos de un proxeneta
le da satisfacción a alguien que estaba inundado de su propio hastío.
Hago mi último guiño a la vida y, cuando parece imposible, me desvanezco.