domingo, 13 de septiembre de 2009

Tumbos

Me bloqueé, me quedé petrificada en ésta equis,
fue en el momento en el que decidiste que debía seguir;
Siempre me pregunto qué te pasaría por la mente
para llegar a tal aberración, a tal espectáculo.
Así que decidí crear ésta clase de mundo infértil,
una cúpula de la que nadíe, ni tu dios, podía entrar o salir,
lo hice con la mejor de las intenciones y en mi frente
me taladré mil agujeros para drenar todo ésto.

En ningún momento te he pedido ayuda para tus planes,
no ves bien, sólo logras ver una cara de la moneda de mi rostro,
una moneda que reposa en mi párpado oscuro y cerrado,
con la boca apretada, casi temblando, con miedo a articular sonido alguno,
por el miedo a que te levantes farfullando "¿Qué haces"?,
cuando yo ni estoy. Me aplastaste con tus zapatos de tacón rojo,
asfixiándome con el abrazo poético de tus gestos helados,
llenando ésta tumba mía de sangrientos rompecabezas, humo y más musgo.

Estoy aprendiendo a no hablar nada en tu presencia,
mis palabras no son bien recibidas en éste lado del mundo.
Una vez me liberé, me descosí la boca; Fue hace meses.
Pensé que no volvería a llegar a éste vanidoso y gris punto,
sentía que podía hablar, que podía lenvantar la cabeza,
corté cuidadosamente los hilos que me callaban uno a uno,
había criado polillas que me habían hecho enloquecer,
se fueron, pero quedaron las larvas que aún hoy incubo.

Al principio no podía ni hablar con fluidez, era una ventaja.
Asentía, gesticulaba, sonreía y tu mundo estaba en equilibrio;
Cuando empecé a recordar cosas no fue indoloro o demasiado fácil,
una parte de mí estaba recuperándose, volviendo a casa
¿A casa? Sabía hablar, pero me aterraba emitir algún sonido.
El amor, tal y como lo conocemos hoy, se hacía cada vez más fragil.

Sueles sonar de fondo, como una máquina de respiración asistida,
murmullo que se pasea pisoteando el interior de mi suave tímpano.
Algún día te llamaré o quizás decida no volver a hacerlo de nuevo,
sé que lo estás esperando, lo deseas con todas tus fuerzas,
puedo volver a mentir, a actuar, a fingir ¿Quieres que te lo diga?
Ansías ése "te necesito" como si fuera un regalo de cumpleaños;
Pero no puedo decírtelo, no de ésta manera, sé que así no puedo,
deberían gritarme, deberían torturame de pies a cabeza.

¿Yo también paseo ruidosa por el laberinto mal podado de tu mente?
¡Dios! Estoy lejos y no podría tenerte más cerca,
deberías cortarme el cuello, colgarme boca abajo para sangrar esto;
No puedo despegarme de ti ¡Y no es ninguna muestra de cariño!
Es una prueba, como las marcas en el brazo de un drogodependiente.
Yo quisiera gritar y llorar hasta quedarme seca,
pero no puedo ¡Mira lo que has conseguido durante todo éste tiempo!
Me gustaría mostrarte la clase de monstruo que has construído.

Quizás la línea se cortó mientras hablábamos por pura cortesía;
Palabras correctas, nadie debe saber cómo de podridos estamos.
Pero el cabe que siempre nos ha unido no puede ser arrancado de raíz,
cordón umbilical invisible, sonda gastrointestinal
que logró encamarme y destrozar con gozo mis bonitas rodillas.
Me siento lista para reparar, como si me llevaran al quirófano.
Nunca entendí nada de esto, nuestra casa fue para mí como otro país.
Es sorprendente que ni siquiera me dejes respirar.

Estoy volviendo, estoy volviendo sin ningún entusiasmo,
durante los últimos años he estado sintiéndome muy cansada,
yendo hacia ningún lado que no tenía sentido sin la palabra.
¿Por qué has decidido arrebatar mi precioso y joven tiempo?
Y pasa siempre, una muerte, una resurrección cada año,
que nos duele mientras nos crucificamos con la mirada.
Realmente, realmente ¿Quién olvidó cambiar la cuna por la caja?
Esto me persigue a menudo ¿Qué es lo que nos hemos hecho?