jueves, 9 de abril de 2015


Si las estanterías y los libros pudieran hablar,
describirían la forma con la que solía mirarte.
Entre tomos podridos de arte y de arquitectura
y charlas eternas en las escaleras de la cafetería,
todo era muy fascinante, era una eterna novedad.
Yo prefería hablar contigo en vez de ir a clase,
porque poco a poco ibas descubriendo tu figura
y  necesitaba saber si algún día la entendería.

Por ahí viene el miedo: Austa que seas tan real.


Los dos, encontrados por las casualidades de la vida,
nuestros cauces formaron el símbolo de un ocho tumbado,
volcado como yo contigo, desde ese primer momento
en el que te vi hundido, triste y sin fuerza alguna.
Con tu libreta de bocetos para mí eras todo un artista,
tardaste sólo una semana en ser mi tema más nombrado,
entonces, algo más tarde, decidiste irte muy lejos
y yo tuve que presenciar toda aquella tortura.

Y ahí viene el miedo: Asusta que seas tan real.

Te aferraste a mí y te daba igual que estuviera ardiendo,
el clavo que sobresale es el primero en recibir un martillazo,
podía haberme vuelto y haberte hecho alguna clase de herida,
decidí ayudarte y no dejar que cayeras solo en ese pozo.
Luché con rabia por tu felicidad durante bastante tiempo.
Estabas de vuelta, yo ya estaba recibiendo ese gran bombazo,
cuando me dijiste repentinamente que ibas a ir a ver a una chica,
y ella te devolvió a mí, metido en una caja, demasiado roto.

Aún no conocías mi miedo: Asusta que seas tan real.


Tras la gran decepción de ese momento y los frentes abiertos,
tú fuiste por tu camino, yo fui por mi camino y nos nos econtramos.
El ocho del infinito había dejado de estar volcado y no existía,
tus dibujos estaban bien, pero ya no me hablaban como antes.
Los caminos que recorrimos fueron bastante retorcidos e inciertos,
desgraciadamente nuestros corazones estaban siendo despedazados,
nos pusieron en cuarentena tras la depresión y la neumonía
y las decepciones se convirtieron en una especie de constante.

Y por ahí viene el miedo: Asusta que seas tan real.

Los vientos de libertad nos azotaron dulcemente en la cara,
habíamos cogido fuerzas para volver a mirarnos a los ojos.
Llegaste con tus bailes de media noche y canciones perfectas,
con tus sketches eternos, tus dilemas y con tu tierna mirada,
me reclustaste entre tus amigos y te oí hablar de muchos otros
y tras un cumpleaños me besaste y entraste en mi cabeza.

Y por ahí viene el miedo: Asusta que seas tan real.

Pasó el tiempo, pero la efervescencia supo seguir su ritmo.
Entre los pasillos donde mil ojos rasgados nos están mirando,
mentía a mi mano derecha y te acaricio con la izquierda.
Me acorralas en cualquier rincón disponible y yo sólo sonrío,
en unas pocas semanas adivinarán tu nombre mientras hablo
y sin que yo me de ni un poco de cuenta harás que me pierda.

Y por ahí viene el miedo: Asusta que esto sea tan real.

La forma en la que te trataba no llegaba a tu corazón,
me despedazaste sin saberlo durante un viaje en tren.
Rota por dentro y entera por fuera simulé ignorarte,
pasaron meses sin saber nada de nosotros dos,
estaba decidido que jamás iba a volver a ceder
y no verte era el primer paso para no necesitarte.

Y por ahí se va el miedo: Asusta que no afecte de verdad.

El verano se desvaneció y el invierno no nos dejó abrazos,
mi cara de cachorro en adopción no recibió respuesta,
me desgasté esperando algún tipo de reacción por tu parte.
Los amagos de lejanía hacen que me agarres de las manos,
sólo entonces me hablas de celos y me pides que te quiera,hablas y hablas y yo hago de esta indefirencia un arte.

  Y por ahí se va el miedo: Asusta que no afecte de verdad.

En ese momento no podía, ni quería encontrarte,
un capricho pasajero, una especie de placebo,
para juntar algunos pedazos rotos de mi alma.
Resurgí, pensando que tampoco habías sido clave,
sintiendo nada, estando por encima de todo esto,
pudiendo hacerte frente mirándote a la cara.


Y por ahí se ha ido miedo: Nunca nada fue real.

(2014)

martes, 17 de febrero de 2015

Ahora que mi corazón se ha congelado
y que doy paseos por el laberinto de mi mente,
voy a decirle a todo el mundo lo que callé.
El monstruo del circo raro ha sido liberado,
parece que está vagando perdido entre la gente,
ya no recuerda nada que se parezca al ayer.

Y la persona tierna que fui una vez
está encerrada en una cápsula de agua,
golpea desesperada contra el cristal,
hasta que se cansa y estira su blanca tez,
clava sus uñas y me mira con rabia
¿Esperabas que todo fuera igual?

Bajo hacia el salón y se oyen sus aullidos,
recibo a la gente mostrándome encantadora,
mi alma se ha quedado atrás, sumergida.
Me vuelvo sutil y giro mientras sonrío:
Nunca sabrán que ahora soy otra persona,
retrocedo un poco y me muestro divertida.

Se marchan de mi hogar como por goteo.
Vampirizada: he agotado su energía vital,
apenas se tienen en pie, apenas poseen color.
Encierran sus pocas fuerzas en los sombreros.
Me escabuyo en la sombra y me vuelvo a visitar.
Ahí está la persona que fuí y que siente dolor.

Me grita flotando y sólo se le entienden burbujas,
ella quiere escapar y arrebatar mi falsa existencia,
pero hubo un pacto y este es el precio pagado,
la usé como recipiente ¿Quizás como una urna?
Vertí ahí mis debilidades y lo mejor de mi esencia,
quité lo bueno y dejé mi corazón cercenado.

lunes, 16 de febrero de 2015

Algún día nos podré recordar juntos
y sabré que me hiciste volver a creer,
en los días fluyendo con ansiedad
y las horas quemándonos en las manos.
Podría decir que has marcado un punto
y que la vida ha vuelto a renacer,
llena de fuerza y carente de maldad,
sin que nada pueda lograr hacerme daño.

Eres el Sol que anida en mi pelo
en las mañanas frías de invierno.
Eres una especie de epicentro,
eres aquello que será eterno.

Eres las palabras que susurra el viento,
el horizonte que aún no ha sido descubierto.
Eres todo aquello que echaré de menos.
Eres mi centro de gravedad y eso es cierto.

Ahora no quiero que seas como ellos,
un nombre más en esa lista horrible,
un recuerdo amargo en la tormenta,
esas personas que se fueron lejos
y que no dejaron un rastro increíble,
personas que pasaron sin dejar huella.

Nos deseo un buen tiempo juntos
y que nada se rompa en pedazos,
porque ahora parece que me tienes.
Quiero tener planes de futuro,
que se hagan más fuertes los lazos,
ser la persona con la que vas y vienes.


Porque-

-Eres el Sol que anida en mi pelo
en las mañanas frías de invierno.
Eres una especie de epicentro,
eres aquello que será eterno.

Eres las palabras que susurra el viento,
el horizonte que aún no ha sido descubierto.
Eres todo aquello que echaré de menos.
Eres mi centro de gravedad y eso es cierto.

Eres el Sol que anida en mi pelo
en las mañanas frías de invierno.
Eres una especie de epicentro,
eres aquello que será eterno.

martes, 13 de enero de 2015

Si no siento lo que se supone debiera sentir
¿Por qué debo creer que soy un monstruo?
Siempre te dije que estabas apostando demasiado
y ahora estás solo y yo tengo la razón.
Di casi todo lo que quedaba entero de mí,
pero seguía teniendo el interior muy roto.
Te fiaste de alguien que había sido martirizado,
por aquel entonces no tenía ni corazón.


Cuando digo no, casi siempre quiero decir no
y el amargor de ese dolor que me mataba
no logró que entonces cambiara mi mente.
Un día me desperté y de repente todo cambió,
empecé a sentir que no quería estar atada,
dejé de sentirme sola rodeada de tanta gente.

Si ninguna de las estrellas brilla en el cielo,
si pienso que ni siquiera eres mi mitad
y la vida en común no paraba de rasgarme
¿No crees que son señales suficientes?
Lo mejor fue bajar la cabeza y ponerle freno.
Decidí ponernos más distancia y era verdad
cuando dije que encontrarás aquella que te desarme
y no quise sonar como algo hiriente.



miércoles, 31 de diciembre de 2014

Dos mil quince

Dos mil quince irá bien,
porque tú estarás en él.

[ ♥ ]

lunes, 22 de diciembre de 2014

El horror de un colmillo de elefante troceado,
el murmullo del viento antes de una tormenta,
los silencios tras las palabras que marcan un fin.
Las montañas espinales de las visiones de costado,
los flashes de odio disparados sin darse cuenta,
el laberinto de mi mente y su oscuro jardín.

Los mensajes cargados de rabia lupina,
la negrura del techo en mitad de la noche,
los insectos de verano paseando por desagües,
los shocks clavados en el pozo-retina,
el veneno lanzado en forma de reproche,
los planes que rehago para que no te marches.

El blanco inmaculado de un ataud para niños,
el dolor en el pecho tras un llanto desgarrador,
la desesperación de apoyar la cabeza en el lavabo,
las muestras falsas y crueles de falso cariño,
los ojos empañados por este intenso dolor,
el peso de tristeza y soledad en cada fin de año.

La impotencia y las ganas de querer regresarte,
el sonido de las campanas cuando sopla el viento,
las ruedas de los coches cuando es muy tarde,
los trazos corporales que no debieron dibujarse
las voces de los monjes que cantan en el silencio,
la desesperación tremenda de hacer que te quedases.
No he sabido dejarte en el camino de atrás,
no he podido marcharme sin darme la vuelta,
mis pies dicen que ya han caminado bastante,
he empezado a moverme con otra velocidad,
viendo tu silueta que se distorsiona y aleja,
ahora explotas como una supernova brillante

Contigo, que ahora perteneces a la tierra
y a las flores tristes que se sitúan arriba,
delicadas margaritas y las punzantes rosas,
ya no hay manera de hacer que vuelvas,
cada corona es como una corona de espinas
la vida se ha vuelto fría como esa losa.

Ahora sólo tengo miedo, no quiero olvidarme
de lo bueno que fuiste en cada momento,
de la fuerza desinteresada con la que tiraste de mí.
Como un mantra me repito en cada instante
que yo podría haberte evitado todo esto,
que quizás tu destino no era el de acabar así.

Llevarte colgando del corazón duele y cuesta.
No me gustaría que me vieras en estas condiciones,
me gustaría sonreír como cuando me guiñabas.
Sé que todas mis preguntas no hallarán respuesta.
A veces cuando te añoro mucho pongo tus canciones
y revivo cada historia de nosotros que inventabas.