miércoles, 31 de marzo de 2010

Quizás yo

He llorado hasta el límite en el que las lágrimas
pierden íntegramente su sentido más cuerdo
y nadan, nadan hacia ti como pequeñas venitas,
pequeñas serpientes, pequeños símbolos del infinito.

Entonces me pararé y decidiré darme una oportunidad
para entenderme cada unos de los días de mi vida,
seré mi propia luz, la única que me saque de la oscuridad.
Mira mi pecho: Late tranquilamente. Respira.

Nadie debería tener derecho a acabar con todo ésto,
quizás lo intenten, pero ellos no pueden arrancarme de aquí,
ya no me oculto de la gente, ya no hago paradas en seco,
se que esta es la dirección adecuada, sé a donde conduce mi carril.

miércoles, 24 de marzo de 2010

A la sombra de un árbol

Anoche me dormí bajo tu sombra, me he dejado caer ante ella,
recogida sobre mí misma. Y nadie va a perturbar ésta paz.
En general no soy muda, lo sabes, pero entonces me quedé quieta,
escuchando tu respiración calmada, sólo necesitaba eso, no más.

Ya no estaba magullada, sólo agotada por ése día soleado
en que enviaron mis recuerdos en una caja y entre ellos tu sonrisa.
La abracé muy fuerte para que no se escapara de mi lado
y de estar tumbada bajo tu sombra, pasé a coronar la misma cima.

Eso es todo lo que puedo llegar a saber de ti. Son unas letras bonitas,
no sueles escribir demasiado entre todas tus hojas,
extendiendo tus brazos como alas, luciendo tus ramas como venas.
Es bastante difícil que ante éste espectáculo quiera apartar la vista,
suelo estar demasiado despierta durante éstas horas,
continuar así, mirándote sólamente, es algo que merece la pena.

Fiebre en alza

Teniendo en cuenta la eternidad de toda ésta tarde,
es mi cabeza la que tose como un octogenario,
es mi cuerpo ésa carga de plomo que tanto ha costado levantar.
Las mejillas están rojas y sin colorete. Me arden.
He tardado años en moverme de la cama ¡Milagro!
Mi espalda, mis piernas, movidas por espasmos de manera igual.

Y ésto es una sauna, éste es mi prediseñado micro-infierno,
soy yo el foco de calor, es mi cuerpo gritando, es mi cabeza...
Unos labios se posan en mi frente para así asegurarse.
Quizás sea maldad que brota de mí, quizás me esté saliendo.
Imposible. Soy joven, esto no es ninguna clase de condena.
Demasiados colores y destellos, es una forma de arte.

Alguien me quita una manta, me la roba entre súplicas.
Me toma en sus brazos y me sumerge en puro hielo
¿Hielo o fuego? Da igual, sólo sé que me hace daño.
Mi piel se torna roja, me hierve tanto que hace burbujas.
El vapor suave muestra una frase escrita en el espejo:
"Ésta es la segunda vez que pasa en menos de un año".

domingo, 7 de marzo de 2010

Pozo viejo

(7-marzo-2010)

Hace tiempo que nadie se te acerca,
yo podría hablarte, apartar tu piedra.
Sería hermoso que pudiéramos tener una charla,
que desatases tu lengua de propiedad privada;
El resto sólo oye tu eco, no se paran a escuchar tu voz,
pero claro, así son ellos, yo estoy atenta a ti, así soy yo.

Hay una señal que se traga la tierra y dice "Peligro",
es una estaca en tu pecho, el parche que ahoga tu grito.
Intenté sacarla y quizás fuera reina de Inglaterra;
Las personas alrededor te ignoran y siguen con su fiesta.
Y estás ahí, muy quieto y frío, le importas poco a la gente,
nadie mira tu ojo perfecto, cubierto por una sólida lente.

Estuve todo mi verano jugueteando entorno a ti,
la estación se alargó y yo nunca, nunca me quise ir.
Giraba la cabeza y estabas vigilando para que no me cayera,
los otros chicos te pateaban con toda la fuerza de sus piernas,
te defendía a mi modo, eras mi cuadro impresionista favorito,
el poema que me sorprende aún después de ser mil veces leído.

La manera en que te tragabas todas esas piedras
hacía misterioso el rato en que esperaba la respuesta.
Pienso quedarme así hasta la primavera, diviertiéndome,
aprendiendo de memoria todas tus grietas y bloques.
Quiero hacerlo, soy joven, tengo muchísimo tiempo
para contarte para qué sirven las mentiras y los sueños.