miércoles, 3 de diciembre de 2008

Reina de Picas

Así que esto es la vida, tal y como la conoces.
Oh, no me gusta la distorisión de tus ojos,
a través de ellos todo es demasiado ridículo,
arráncalos y cambialos por otros como hiciste
con tu hija, tu pequeña hija rodeada de dones,
reina llorona y malhumorada en tu trono,
diosa herida en el portal de éste vacío cielo,
trombosis y odio, todas las cosas que dijiste.

Y tu veneno vuelve a ti como un boomerang,
yo con mis muletas doblo tu estúpido tamaño.
Mis ojos, mis ojos centrados en la telaraña de mentiras,
que has creado para cada miembro del mundo.
Tu rabieta es un chillido de aire sucio e irreal,
eres una estatua deforme a través de los años,
una manzana llena de gusanos, una muñeca muy podrida,
olor fétido de ira que despiden todos esos odios.

El pie y la bota se alzan para luego aplastar tu morro,
ése morro de perro sucio y malherido que te satisface.
Y alguien enfundado en gris no puede parar y te sonríe.
¿Qué se siente siendo ignorante, pero teniéndolo todo?
Él está manejándote con su bola de oráculo tus hilos de títere,
enrollada en ti misma como un hilo fino sobre el carrete.
Entonces dices: "Soy un pequeño fénix, no me preocupo"
Pero tu gran dios es un pulmón sangrante realizado con lacre,
yo tengo un fuego que purifica y que ya no se extingue.

¿Por qué adentrarme más allá de lo que puedo leer?
Puedo lanzar ése anzuelo y ponerte a ti como cebo,
o puedo poner tu capricho y que lo mastiques con dolor.
En tu tiovivo infantil no se puede leer un "The End"
y esa sombra me indica que sólo estás durmiendo,
en la cuna del mausoleo en la que tu sensatez está hoy.

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