domingo, 14 de septiembre de 2008

Antídoto

No, hoy ya no me sirves,
no eres ni cura, remedio, ni protección,
hoy soy totalmente inmune
a los efectos de la guerra sin explicación.

No me acoges entre tus brazos,
mi ira se alimenta sin ayuda alguna
con el aleteo de mis pedazos
deformados en una causa injusta.

Las garras se salen de su sitio,
no hay cura, sólo hay alivio,
inyectado ante en acero divino,
mezclado con un fuego fatuo.

El agua tapa los lamentos desbordados,
de una boca que teme ser oída y juzgada.
Algo entremezclado con el jabón echado,
una excusa pobre y poco trabajada.

Hoy no me vales, estás fuera de servicio.
No me importa tu efecto anestésico.
Al atardecer un día completamente distinto.
Me quedo con mis rasgos arsénicos.

No hay comentarios: