sábado, 27 de septiembre de 2008

Yendo

¿Has podido alguna vez existir
En el mismo centro del infierno,
Con un tormentoso río de fuego
Que avanza directamente hacia ti?
Nadie puede decirme qué se espera de mí.

Hay un lugar onírico y lejano
Y en él una bonita razón.
Parece que el cielo allí es claro,
Pienso que ir sería lo mejor.

No sé mirar mi cuerpo
Sin tener que mirarlos a ellos:
Brillantes ojos rojos
Que aparecen en días negros.

Pequeños estigmas y tatuajes
Llegados en un momento de pausa,
Me juzgan medio dolientes,
Ya que aparecieron por una causa.

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