domingo, 14 de septiembre de 2008

Ella

¿Quién es esa que te mira fijamente?
Tiene un extraño rictus facial,
Entre la sonrisa y la demencia;
¡Ordénale que baje los ojos inmediatamente!
Sus cuencas te afectan como una era glacial.
Deberías marcharte antes de que esté más cerca.

La conociste una vez, pero no recuerdas
Esa piel de tacto áspero y tono cetrino,
tampoco esa doble expresión en su cara,
como si cambiara de humor mediante chispazos.
Poco a poco, místicamente, se te acerca,
su voz es un enjambre de abejas establecido en tu tímpano,
¡Ése zumbido constante de gritos! ¿Por qué no para?
Camina hacia ti como una vez caminó Lázaro.

Tiene un aura oscura que le rodea,
como si al morir su espíritu se hubiera quedado atascado.
Tiene un lóbrego eco en su diálogo,
como si lo que una vez fue la secundara.
¡La habéis resucitado demasiado pronto!
Crees que hay bondad en su apariencia,
Su faz templada es similar a la de ése ser que una vez fue amado
Su venganza va directa hacia vosotros,
sus intenciones son totalmente claras.

Reza a algún dios y clama por clemencia divina,
quizás alguien te oiga, pero ella está sorda.
Su tambaleo seguro y sus ojeras marcadas,
su boca aún carente de futuros gusanos
te aterran casi hasta llegar a la asfixia,
no puedes escapar de ninguna forma.
Notas en tu cuello sus uñas putrefactas.
Ella te condena, te abraza y hará que
también tu cuerpo sea resucitado de antemano.

No hay comentarios: