domingo, 9 de noviembre de 2008

Huesos de cristal

Estás ahí sentado sin poder moverte,
con tu pequeña pierna con escayola,
sólamente con un soplido te rompes.
A tu alrededor: minas anti-persona.

Deberían tenerte en una cúpula,
con los mejores cuidados y atenciones.
Pero no, te tienen en esta jaula,
rodeado de una gran manada de leones.

Y sientes miedo. Él también lo tiene.
No quiere que nadie te rompa nada más,
el mecánico-médico parece que no viene,
tú aprietas los dientes para no gritar.

¿Cuántos meses quedan para terminar?
Sólo llevas ahí una semana
y te ha parecido una brutal eternidad.
Tú y tu gris silla de ruedas;
Figurita pequeña con huesos de cristal.

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