viernes, 7 de noviembre de 2008

Ofendida

No tienes corazón y finges que lo sabes,
pero, en realidad, no tienes ni idea ¿Verdad?
¿Te has preguntado si te quiere alguien?
Creo que no; tu corte es tremendamente falsa,
muestras al mundo que nada se resuelve,
ellos dejan un rastro de baba por donde pasas.

Te retorcí el pescuezo como a un ave,
cisne negro que se ofende tan fácilmente.
Y yo solamente dije las palabras clave,
tu precioso desierto sigue extendiéndose.
Tú y tus perros, tus inútiles perros fieles,
rabieta de bebé incompetente, lo sé, lo sé.

Tu alma es un colador con agujeros grandes,
estática, llena de monóxido que envenena,
¡Ponzoñoso, inconsciente: es tu horizonte!
Es un milagro que todavía respires, nena.
Y te mereces toda esa decepción que tienes
Por las mentiras inventadas en tus córneas.

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